Familia de palabras (culta y popular)

Conceptos

La familia de palabras es un conjunto de palabras que comparten una misma raíz o “palabra base”. 

La familia de palabras puede tener una raíz o dos raíces. Si tiene una sola raíz, esta puede ser popular o culta. Si tiene dos raíces, comparten una rama de palabras cultas y otra de palabras populares. 

Por ejemplo, la familia de palabras de “huevo” tiene dos raíces. La propia “huevo” y las derivadas de su étimo latino “ovo”. 

 

Huevo

>huevera

>huevería

>huevazo

>huevón

>huevear

>huevenado

 

Ovo (y sus variantes ova-, ovu- ovi-)

>ovoide

>ovoidal

>oval

>ovario

>ovíparo

>ovillo

>ovillar

Entre la familia culta y la familia popular puede haber diferencias mínimas, pero significativas. Un caso muy notorio es el de “herba” y “hierba”. La palabra “herba” es latina, por tanto, formará una familia culta de palabras. La /e/, al pasar al castellano se transformó en el diptongo /ie/ y dio origen a la palabra popular “hierba”. 

El mismo caso es el de la palabra óseo y la palabra hueso. Ambas provienen de la palabra latina “osseum”. ¿Cómo ha podido pasar?

La palabra pasó por varios cambios: 

osseum > osseu > osseo > uesso > ueso > hueso.

Todos estos cambios se registran en algún momento de la formación del español. De alguna manera, la escritura intentó registrar la forma de pronunciar las palabras de las personas. 

Otras palabras mostraron menos cambios:

herbam > herba > hierba

En este grupo de “familias de palabras”, tenemos las que empiezan con una vocal (latinas – cultas) y las que en general, cambiaron esa vocal por un diptongo (populares – castellanas). 

Algunas de ellas, agregan H, especialmente si la vocal es la primera letra de la palabra. 

En latín, la H siempre ha sido muda. Entonces, si una palabra latina comenzaba con hache muda y vocal, esta última se convertía en diptongo y conservaba la H.

Te desafío a que encuentres, una vez más, las dos familias de palabras.

Existen otros casos en que los conjuntos de palabras, parecen formar parte de la misma familia… pero no es así. ¿Cómo pasa esto? Sencillamente porque por mera coincidencia, ciertas familias de palabras comparten la misma combinación de letras en algunas palabras de sus respectivas familias. 

Veamos este caso

De-vora – r (palabra base – culta – del latín “vorare”, ‘engullir’)

voracidad, empolvorar, desfavorable, pólvora, voraginoso…

Las palabras anteriores, parecieran ser parte de la familia de palabras de “devorar” porque comaprten la raíz culta “vora”, sin embargo, no es así.

Para saber cuáles de todas las palabras pertenecen a la familia de “devorar”, debemos enfocarnos en el significado. Las palabras que impliquen comer, pertenecen a la familia de “devorar”, las que signifiquen otra cosa, pertenecen a otra familia.

¿Probamos en el juego?

Otra forma que nos podemos encontrar es que una familia de palabras tenga dos ramas de origen popular, porque la forma culta ha cambiado completamente su significado en la actualidad. Ejemplo de esto es el caso de “focum” – “fuego”. 

Los cambios surgidos en la historia de esta palabras proceden así:

focum > focu > fogu > fuegu >fuego

           > focu > foco

La familia culta serían todas las palabras derivadas de “foco”, en rigor, pero foco, hoy en día no tiene el significado de fuego. La palabra más antigua sobre las que se formó la familia de palabras es “fogu”. Y muy pocas palabras se han formado sobre la palabra popular “fuego”. Entonces, diremos que es una familia “semi-culta”, porque comparte una rasgo de la palabra latina original y un rasgo de la palabra popular.  

Juguemos un poco más

Algunos prefijos tienen varias formas, y de cada una de esas formas surgen familias de palabras, e incluso, algunas de esas formas coinciden con otras familias de palabras como el caso de “carnívora” y “pólvora”, que comparten una combinación de letras pero no forman parte de la misma palabra.

Dos de esos prefijos son  “ben-” y “bene-“, “vi-“, “viz-” y “vice”. 

Los primeros dos son el mismo prefijo expresado de diferentes formas, es decir son “alomorfos” del prefijo ben-.

¿Qué es un alomorfo? En gramática, un alomorfo es una “forma” (prefijo, sufijo, afijo) que tiene el mismo significado que otro, pero se escribe con alguna diferencia. En el caso de ben- y bene- significan lo mismo y se diferencian por una letra. Forman parte de la misma raíz latina, la palabra “bene” que significa “bien”. 

El prefijo vi- y sus alomorfos viz- y vice- significan ‘el que suplanta’ o ‘en segundo lugar’. Por ejemplo: 

Virrey, el segundo al mando en lugar del rey y quien ocupa su lugar cuando esté no está.

Vizconde, persona con el título nobiliario inmediatamente inferior al de conde u hombre que ejercía como teniente o sustituto del conde.

Vicepresidente, cargo de segundo presidente que ocupa su puesto cuando aquel no está.

 

Dos expresiones derivadas de los cambios que surgieron en las palabras en su paso del latín al español son: cultismo y semicultismo. Como vimos anteriormente, algunas palabras modernas están basadas en las palabras latinas (herbal), otras en palabras que comparten rasgos de una forma latina y una forma popular (fogata) y otras que son completamente populares, porque alcanzaron el máximo de cambios posibles (nuevo). 

Diremos entonces que 

Son cultismos las palabras que, generalmente, tienen un origen grecolatino y son usadas en la lengua intelectual, literaria y científica. A veces, esas palabras son tomadas como préstamos en la lengua coloquial como un medio expresivo. 

Son semicultismos las palabras provenientes del latín, o de otra lengua culta, que no han realizado por completo su transformación fonética normal, por ejemplo:

herbarius (latín) > herbariu > herbario > *hierbario (el último cambio, es decir, la transformación de “e” en “ie” no se produjo, como en otras palabras. Por lo tanto “herbario” es semi cultismo). 

La mayoría de las familias cultas de palabras están formadas por semicultismos. 

Veamos algunos casos:

novum – novel – nuevo

nebulam – nebulosa – niebla

certus – certero – cierto

octus – octavo – ocho


Las excepciones

¿Han escuchado la frase “toda regla tiene su excepción? Pues en ortografía, no toda regla tiene su excepción. 

Ahora bien, ¿Qué es una excepción? El diccionario de la Real Academia Española define excepción como: cosa que se aparta de la regla o condición general de las demás de su especie. En nuestro caso: una palabra o conjunto de palabras que no cumplen con la regla de ortografía enunciada.  

Las excepciones pueden ser de diferentes clases, depende como se enuncie cada regla. Por ejemplo:

Regla: se escriben con “C” todas las palabras terminadas en -áceo” (cetáceo, rosáceo, gallináceo). La excepción, en este caso, sería cualquier palabra que no termine en -áceo. Tanto las que terminan en -aceo (retaceo, braceo) porque no incluye la tilde en su terminación y las terminadas en -aseo (aseo, paseo), por no llevar una C en su terminación.

Entonces, es necesario que las reglas sean más específicas, si queremos tener bien claras qué palabras siguen cada regla y cuáles son las excepciones. 

Vamos a dividir la primera regla en dos partes. 

Parte a – Se escriben con C las los adjetivos calificativos terminados en -áceo, cuyo significado sea ‘parecido a”. 

Por ejemplo: 

Violeta > violáceo (color semejante al violeta).

Gallina > gallináceo (relativo o perteneciente a la familia de las gallinas). 

Parte b – Se escriben con “C” todas las formas de los verbos infinitivos en -acear cuando se conjugan en la primera persona del presente del modo indicativo. 

Por ejemplo: 

Bracear > yo braceo

Retacear > yo retaceo

Lampacear > yo lampaceo

Ahora sí, las excepciones se limitan a las palabras con S como paseo, aseo, coliseo, fariseo, etc.

Asociar una regla de ortografía a un significado o conjunto semántico puede facilitar su reconocimiento y posterior escritura.

Otro caso que ya se vio es el relacionado con el prefijo vi- (y sus alomorfos) ‘el segundo’ o ‘el que reemplaza a’. Hay palabras con que comienzan con “vi” que no contienen el prefijo:

Vicence: Natural de Vich, ciudad de la provincia de Barcelona, en España.

Vizcaitarra: Partidario de la independencia o autonomía de Vizcaya.

Vizcacha: Roedor de hábitos nocturnos propio de las grandes llanuras. Vive en el Perú, Bolivia, Chile y la Argentina.

Ninguna de las palabras anteriores de relaciona con el significado del prefijo “vi-“.

A veces, el grupo de excepciones es tan grande que conviene asociarlo a una regla de ortografía diferente: 

Otras reglas no tienen excepción:

Se escriben con B todas las palabras que terminan con -ble. En esta regla pueden entrar todas las palabras terminadas en -ble (cable, mueble, roble, amable, creíble), porque no existen en español palabras que terminen con *-vle. Por lo tanto, esta regla es absoluta y no tiene excepciones. 

El caso de las palabras que comienzan con “inv”  e “imb”, es que, a veces, in-e im- son el mismo prefijo, es decir, in- es almorfo de im-, pero la consonante n cambia a m, porque la palabra que sigue comienza con B.

consideremos la idea de in- e im- con el valor “negación’:

inválido (que no tiene valor), imbatible (que no puede ser abatido)

Con el significado de ‘introducir’ o ‘meter dentro’:

invadir (que se mete dentro de una zona sin consentimiento) imbuir (que se sumerge o mete dentro de otra cosa)

Se espera, en general, que una regla de ortografía sea fácil de recordar y que implique a la mayor cantidad de palabras posibles. En los casos anteriormente nombrados es esperable reducir el enunciado de las reglas a 

“Se escribe V delante N”, y “Se escribe B delante de M”.

Sin embargo, si queremos trabajar prefijación, sí es recomendable hacer la diferenciación.

 

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