Dentro del TEL, el trastorno que más comúnmente encontramos es el Trastorno Fonológico el cual: Afecta a la pronunciación de palabras y frases a pesar de una correcta pronunciación del fonema, después de los 4 años. No es el fonema el que plantea dificultades al niño, sino su ordenación y diferenciación dentro de las palabras. La dificultad estaría en la adquisición de la fonología del lenguaje, esto es, en comprender que sonidos de la lengua permiten transmitir distinciones de significado. Los niños con esta dificultad se caracterizan por un habla ininteligible y poseen audición normal. También la característica es que los errores son asistemáticos: el niño puede producir bien el fonema aisladamente o en una determinada palabra, mientras que en otra palabra o en el relato lo omite o lo sustituye por otro fonema. Es frecuente que los trastornos fonológicos estén acompañados de una alteración sintáctico-gramatical y sobretodo con una alteración de la percepción y la discriminación auditiva.
- Disfluencia: Se define como un trastorno de la fluidez verbal. La tartamudez es involuntaria y cíclica, lo que quiere decir que aparece y desaparece por periodos de tiempo variables. La tartamudez se produciría por la alteración momentánea de la fluidez, a causa de diferentes cambios en el sistema motor del habla. Tales cambios, como un desorden en los tiempos y en la coordinación de uno o más subsistemas que intervienen en la producción del lenguaje (respiración, fonación y articulación), operarían con menos precisión, ocasionando frecuentes rupturas en la fluidez del habla.
- Trastorno generalizado del desarrollo (TGD) (Relacionado COD F809): .Este no es un diagnóstico específico, sino un término general bajo el cual se incluyen los siguientes diagnósticos: trastorno autista, Sme de Asperger, Trastorno Desintegrativo infantil y Trastorno de Rett. Estos trastornos se manifiestan en los primeros tres años de la vida y se caracterizan porque no aparecen o aparecen claramente desviados, algunos aspectos normales del desarrollo tales como las competencias habituales para relacionarse, comunicarse y jugar o comportarse como los demás. Algunas características que se pueden observar son: -Déficit en la interacción social; Presencia de conductas repetitivas y estereotipadas tales como obsesión por objetos, obsesión por hablar siempre de ciertos temas; Lenguaje limitado o nulo; Dificultad para relacionarse con los pares y establecer situaciones de juego.