Aula Universaletras

Ofrecemos una serie de lecturas con sus actividades que fueron dictadas en algunas escuelas de la Zona Sur de CABA.

Las modalidades intelectual y expresiva en el discurso

         Toda persona que es capaz de hablar también puede adquirir la capacidad de dar un mensaje. Los mensajes que damos pueden ser escritos, visuales, orales, etc.
        Un mensaje no es solamente un texto compuesto por oraciones y palabras habladas. Cuando una persona hablante se expresa y se comunica adopta una actitud ante la realidad que quiere comunicar. Esta actitud es modelada por la forma en que el sujeto interpreta la realidad y la forma en que desea comunicarla. Ningún mensaje, por más “objetivo” que se pretenda, está desligado o carente de esa actitud.
       Ahora bien, esa actitud de la que estamos empezado a conocer, siempre encuentra una forma de manifestarse en la estructura formal del texto ya sea un enunciado verbal oral o un enunciado escrito (entre otros).
          Los estudios lingüísticos han determinado que en líneas generales el pensamiento del sujeto hablante influye en el mensaje y genera por lo menos tres actitudes principales en el contenido de la enunciación o mensaje: la motivación del intelecto, la voluntad o deseo y la afectividad. Estas tres influencias encuentran siempre su estructura formal (sintaxis) en la lengua para manifestarse, y como estas están siempre presentes en todo enunciado, se ha llegado a la conclusión de que forman una de las categorías expresivas de la lengua española. Se ha dado en llamar a esta manifestación la categoría de MODALIDAD.
        Entonces, a modo de definición diremos que debe entenderse por MODALIDAD a la expresión gramatical de la actitud de las personas pensantes de la enunciación ante el contenido de esa enunciación, especialmente del núcleo predicativo (verbos y frases verbales).
               Así planteado, distinguiremos formalmente tres grandes categorías de la modalidad: 1) Las relaciones modales intelectuales, 2) Las relaciones modales volitivas y 3) Las relaciones modales afectivas.

           Exploremos los primeros ejemplos de Modalidad intelectual real

          En el caso de que el hablante no estuviera completamente seguro de que esa idea se corresponda con la realidad introduce un grado de incertidumbre en el núcleo predicativo.
    Como expresiones de la MODALIDAD INTELECTUAL sirven ante todo los llamados verbos de entendimiento y lengua. Los primeros expresan diferentes formas de comunicación y son sinónimos de “decir”, “hablar”, “comunicar”; los segundos indican distintas formas de actividad mental y se agrupan semánticamente en torno a los verbos “saber”, “creer”, “dudar”, “pensar”. Dando origen a diferentes categorías del discurso asertivo.
        Sin embargo, estos verbos pueden, en algunos casos variar levemente la modalidad, por ejemplo, si se formula una pregunta.
         Se agregan a esta categoría los verbos de percepción sensorial (oír, ver, sentir, etc.). Aunque su significado no lleva consigo ningún valor modal, implican lógicamente que se trata de una acción real. Veamos algunos ejemplos:

          Sin embargo, las expresiones de las relaciones modales intelectuales pueden no contener un solo valor modal. Algunas veces, el hablante usa un verbo en condicional para matizar el grado de aseveración de su enunciado. Se introduce así la variante POTENCIAL, en el primer grupo. Exploremos pues, algunos elementos de la Relación modal intelectual potencial:

          Este tipo de enunciados son muy comunes en los noticieros y medios de comunicación masiva cuando quieren dar una noticia de cuya veracidad no están completamente seguros.
Esto se debe a que los verbos del intelecto a veces pueden manifestar acciones con cierto grado de incertidumbre.
          Expresan distinto tipo o grado de posibilidad los verbos como poder y sinónimos, algunos adverbios de posibilidad o duda (quizá, tal vez, posiblemente) y construcciones verbales similares a “es posible que” y “es probable que”. También expresan un grado de posibilidad los verbos en condicional y varios tiempos verbales del modo indicativo. Estos aparecen, generalmente, en oraciones subordinadas como verbos secundarios. 

A estos elementos modales de potencialidad se agrega el cierre de la oración o su interrupción intermedia con puntos suspensivos. Según la RAE, uno de los usos de los puntos suspensivos es para expresar duda acerca de lo dicho, o de la forma en que se completará un enunciado. Si bien en el texto de Enrique Aguilar no aparece ningún uso, podemos ejemplificar de la siguiente manera:

Quizá, nos haga falta una mejor y más acertada… “acontuability societal”.

 

Trascartón, vino la escandalosa sesión del senado de la Nación que modificó la base imponible del impuesto a los bienes personales y provocó, entre otras reacciones, la alusión a la necesidad de una rebelión fiscal… 

           La modalidad expresiva

         Esta modalidad discursiva está basada en la necesidad de expraser emociones, sentimientos. En ella se ponen en juego lo más personal y humano de las personas, el sentir interior, el mundo de los sentimientos, ese mundo que a veces nos cuesta tanto moderar y que salen como una explosión incontrolable o hasta pueden quedarse guardados, dando vueltas por el pensamiento.

        Algunos de los verbos que expresan esta modalidad son los de sensación o sentimiento (sentir qué, sentir no…, me encanta), los de necesidad (es correcto, es justo, es lógico, es bueno, es mejor) componen el límite entre la volición y la afectividad.