Hermanos y hermanas
Introducción
El mito de los hermanos enfrentados y el mito de los gemelos que comparten un destino tiene una larga tradición en la literatura. Podemos encontrarlo ya en los mitos de Egipto, en relación con los dioses antiguos llevando consigo y las consecuencias de sus acciones el destino de la creación.
Refirámonos primero al mito de los hermanos enemigos o enfrentados. Lo podremos llamar también “motivo”, porque es un tema que se repite a lo largo de la literatura. Pueden cambiar las circunstancias y la forma de expresar la historia. Sin embargo, siempre aparece la misma estructura: dos hermanos o hermanas que terminan enemistados. Esta confrontación termina con la muerte de uno de ellos.
Según la creencia, los hijos de los mismos padres debían tener entre sí una relación especialmente cordial. Si ya en la antigüedad el mito y la literatura exponían antagonismos y enemistades entre hermanos, confirman, sin embargo, la discordia entre hermanos como antinatural, culpable y criminal.
En el mito griego de Hesíodo, Los trabajos y los días relacionaba ya la creación misma del género humano con dos hermanos desiguales y situados por encima de él, el semidiós Prometeo, el previsor y Epimeteo, el que lo comprende todo después. También acontece en la lucha de los hijos de Edipo, Etéocles y Polinices, por el poder. Esta termina al resolverse mediante la llegada de los 7 contra Tebas y con la muerte recíproca de ambos que rubrica al mismo tiempo la desaparición de la estirpe. De manera similar que sucede en las parejas de los hermanos griegos la despiadada disputa de los mellizos abandonados en el Tíber Rómulo y Remo va dirigida según Tito Livio a la ambición política personal.
El segundo motivo, los gemelos que comparten un destino. En estas historias los hermanos mantienen sus buenas relaciones y pasan por una serie de aventuras juntos que los desemboca en que ambos pueden encontrar la muerte o encontrar la vida más allá del mundo físico. Como ejemplo del primero Hunapú e Ixbalanqué, como ejemplo del segundo, Los Dioscuros Castor y Póllux.
La pervivencia de estos mitos llega hasta nuestros días no solamente por los escritos conservados, sino también por las diferentes piezas de arte, escultura y piezas de música y, más recientemente en series de Televisión, las historias de los hermanos Winchester y los hermanos Gecko, (Seth y Richie), de la familia Fuller y de Santánico Pandemonium. Esta serie explora y expande la historia de los personajes de la película original, proporcionando un alcance más amplio y rico de la Mitología Azteca.