Los actantes en las narraciones
El pasaje del sistema al proceso implica la puesta en práctica de las relaciones presentadas anteriormente. Para ello, nos valdremos de una narración en la que los actantes se ponen en funcionamiento. Leer el siguiente relato adaptado de una publicidad del Banco Galicia titulada “Viaje temporal”.
Ernestito volvía a su casa después de jugar a la pelota en la cancha con sus amigos. Al entrar en la cocina encontró en la heladera una nota que decía: “Pagar esta boleta hoy, el banco cierra a las 12.00. Mamá”. El dinero y la boleta estaban pegados a la heladera por medio de un imán. Ernestito miró el reloj en la cocina que marcaba las 11.45. ¡Cómo lograría pagar a tiempo esa boleta! -se dijo a sí mismo. Recordó entonces a su amigo e inventor, el doctor Emanuel Bron.
Corriendo lo más rápido que le fue posible, llegó a su casa y le contó su situación. Su amigo le dijo que no se preocupara, porque él había inventado una moto que viajaba tan rápido que el tiempo no sería ningún problema. Ambos se subieron a la moto que estaba guardada en la cochera de la casa del Doctor Bron. El vehículo fue puesto en marcha. Abrieron la puerta levadiza de la cochera y después de tocar algunos botones extraños aceleraron a una gran velocidad. Un fulgor enceguecedor brilló detras de ellos antes de que desaparecieran.
Cuando la moto frenó, se encontraron en un pueblo rural con casas de madera y calles de tierra, frente al banco en el que Ernestito tenía que pagar la boleta. ¿Dónde estamos? -preguntó sorprendido Ernestito a su amigo, el Dr. Bron. “Estamos en 1885” dijo con una sonrisa en la cara. Pero claro, habían llegado mucho antes del momento necesario. El dinero que tenía Ernestito en la mano no servía en esa época para pagar la boleta a punto de vencerse.
El científico volvió a manipular la botonera del vehículo y aceleraron. Nuevamente el resplandor fulgurante marcó su desaparición. La gente que vio eso estaba asombradísima. Aparecieron en un lugar donde los vehículos volaban por la ciudad y los robots andaban libremente en las mismas ocupaciones que los seres humanos en la época de Ernestito. ¡¡Qué problema!! Se habían adelantado demasiado en el tiempo y habían llegado muy lejos en el futuro. Aquí tampoco podrían pagar la boleta que se habia vencido décadas atrás.
Finalmente, el Dr. Emanuel Bron, volvió a manipular la botonera de la motocicleta y acelerando por tercera vez, volvieron a desaparecer detrás de la enceguecedora ráfaga luminosa. Cuando volvieron a aparecer en la ciudad, lo hicieron en el lugar indicado, quince minutos antes de que el banco cerrara. Felizmente, el muchacho pudo pagar la boleta y evitar el corte de luz. Ambos volvieron cada uno a su casa con un lindo recuerdo de aquella extraña aventura.
Una de las maneras más sencillas de identificar qué personaje es cada actante puede ser preguntarse ¿Qué personaje realiza tal acción? Por ejemplo, para reconocer el actante destinador, deberíamos preguntar ¿Quién envía al sujeto a realizar alguna acción? Sin embargo, para responder esto, deberíamos saber primero cuál es el actante sujeto.
Una de las formas más esquemáticas de enunciar que hemos identificado a los actantes sería:
El actante sujeto es Ernestito, porque recibe la misión de pagar la boleta de luz antes de que cierre el banco.
El actante destinador es la madre de Enernestito, porque le encarga pagar la boleta de luz antes de que cierre el banco.
El actante destinatario son Ernestito y su madre, porque ambos se benefician si pagan y no les cortan la luz.
El actante objeto es la boleta de luz, porque representa la misión que le fue encomendada por el destinador.
El actante ayudante es el dr. Emanuel Bron, porque mediante su invento le ayuda a Ernestito a cumplir su misión.
El actante oponente es el tiempo, porque representa el obstáculo más importante que deben vencer.
Entonces, vemos como en una narrativa tan breve, la historia queda perfectamente construida utilizando el esquema de los actantes.
Cuando estamos en un proceso creativo, tener bien claros los actantes y qué acción realizará cada uno, le da a nuestra creación una muy buena columna vertebral.
Greimas versus Propp
Antes de que se creara la teoría de los actantes, un estudioso ruso, Vladimir Propp, había desarrollado la teoría de las funciones en los cuentos tradicionales rusos. Él sostenía que se podían detectar 31 funciones dentro de esos cuentos. El problema surgía cuando una nueva versión de los cuentos surgía y agregaba una función. La lista de funciones podría volverse interminable y poco práctica. J. A. Greimás, estudiando estas funciones, dedujo que podían sintetizarse aún más, y creó las seis categorías que estudiamos.